-Es así. Mi personaje llega habiéndose preparado todo durante mucho tiempo. Y a través de él se da respuesta al origen de los superpoderes.
-¿Veía Los protegidos?
-No sigo ninguna serie, pero las veo todas, por compañerismo o amistad con los actores.
-¿Y qué le llamaba más la atención?
-Pues que los adolescentes están muy bien. Sobre todo Luis Fernández (Culebra) y Ana Fernández (Sandra), y también los niños. Después de que en El internado surgieran esa cantidad de actores jóvenes con tanto talento, me sorprendía que salieran aún más. Con solo 20 años trabajan muy bien. Ahora hay muchas más series y por eso surgen más.
-¿Qué otras cosas le intrigaban de esta ficción?
-Tenía mucha curiosidad por saber cómo hacían los efectos especiales. Me pasó lo que te sucede cuando te desvelan un truco de magia y dices: «¡Pues vaya tontería!». Creía que era mucho más complicado. Luego te das cuenta de que es un simple hilo de nailon.
-Su Algo pasa con Marta duró en La Sexta menos que un suspiro. ¿Puede explicar qué pasó con Marta?
-Es verdad. Duró solo dos semanas. No teníamos la audiencia que quería la cadena, pero lo raro es que aguantaran solo 15 días. A mí me atraía la idea de presentar un programa y, especialmente, que fuera en La Sexta. Creía que en esa cadena las expectativas y las exigencias no iban a ser tan agresivas como en Tele 5. Son cosas que pasan, pero me supo peor por el equipo. Yo me refugié en el teatro. Pasé un par de días depre y luego tiré para adelante.
-¿No se estará contagiando La Sexta de la impaciencia que tienen otras cadenas?
-Eso parece, aunque creo que la crisis está influyendo. Si pueden ahorrarse un programa, o una semana de programa, pues lo quitan antes y ya está. La verdad es que yo me sentía cómoda.
-¿Volvería a repetir ese formato?
-A mí me encanta la tele. Cuando me preguntan si me gusta más ese tipo de programas en directo que la ficción, es como si me preguntaran si quiero más a papá o a mamá. La ficción me llena mucho más porque transmites emociones y haces sentir a la gente. Pero yo soy también carne de plató: empecé haciendo tres horas diarias con Jordi González. Me he criado en los platós. Creo que es mucho mas difícil hacer un programa de tele, porque tienes que ser tú mismo y gustas o no gustas. En una serie te dirigen y puedes repetir si te equivocas.
-¿No le da rabia entrar en Los protegidos justo cuando se despide?
-Tras la experiencia de La Sexta, incorporarme a un proyecto afianzado era lo que más me apetecía. Sobre todo para no volver a pasar los nervios de levantarte e ir enseguida a ver la audiencia del día anterior. Eso también es calidad de vida.
-¿Cómo vive el descontento popular en las calles barcelonesas?
-Está sucediendo en casi todo el mundo. Lo que pasa es que en Barcelona tenemos este grupo de extremistas violentos que, cuando hay una manifestación pacífica, lo convierten en lo que lo convierten. Da igual que se celebre una victoria del Barça o una manifestación contra la reforma laboral.
-¿Y qué opina de los recortes en sanidad aplicados por el Govern?
-Oí hace poco que a Rafael Nadal le daba TVE un millón de euros por entrevistarlo. Eso es dinero público y se me enciende la sangre. Prefiero que me cierren o me quiten una serie antes de que cierren un hospital, como ha pasado cerca de mi casa.
Han olvidado todo lo vivido durante el último año, como si nunca se hubieran encontrado, como si nunca hubieran sido una familia… Detrás de todo, la siniestra mente de Madre y su obsesión por separar y destruir para siempre a los Castillo. ¿Cómo reaccionará la familia de Sandra al verla de nuevo entre ellos como si nada hubiera pasado?… 
Y todo esto mientras Julia está a punto de ser ejecutada por Leo, Martín y Michelle, y Lucía está siendo utilizada por Madre para obtener la pócima que le permita crear niños con poderes. ¿Quién va a salvar ahora a los Castillo?… ¿Será esa amnesia misteriosa tan fuerte como para enterrar los momentos más importantes de sus vidas?… ¿Reaccionarán a tiempo para evitar que Madre se haga con la fórmula de los poderes? La batalla final ha comenzado y, esta vez, el Elefante tiene todas las de ganar.
¿Qué es lo que más le gusta de su personaje?
Ana fue uno de las asistentes mejor vestidas de la noche. La actriz se decantó por una camiseta blanca y una falda azul pitufo para la ocasión. Luis Fernández optó por una camiseta azul y unos pantalones cortos. ¿Quieres ver todas las imágenes? Pincha en seguir leyendo.
¿Pero qué pasa cuando no hay hogar? ¿Qué pasa cuándo cada uno está luchando por salvar su vida? ¿Qué pasa cuándo parece imposible volver al hogar?Así es como empiezan nuestros protagonistas este capítulo, dispersos, fuera del hogar, cada uno intentando escapar de los planes de Madre, intentando salvar su vida. 
Madre utiliza a Gema para convertir a Mario en piedra. Muerto por fuera pero vivo por dentro. Julia tiene que decidir si quiere seguir siendo fiel a la promesa que le hizo a su padre, no crear más niños poderosos o salvarle la vida al hombre que quiere. No es una decisión fácil, pero Julia mira a Mario, paralizado, de piedra, vivo, pero al mismo tiempo muerto. Escucha, ve, siente, pero no lo puede demostrar. Madre es consciente de que para Mario no hay peor muerte que la de estar así, inerte, sin poder abrazar a sus hijos y decirles que les quiere. Por eso sabe que Julia no tiene otra salida. Y así es. Julia no quiere perder a nadie más y acepta hacer la fórmula.
Sandra y Culebra buscan entre documentos y acaban encontrando el suyo. El informe de la familia Castillo. Allí ven claro el objetivo de Madre y cómo ha hecho para conseguirlo. Cuáles eran sus tapaderas, Michelle, Martín, el bar… Está claro que Madre les ha estado vigilando todo este tiempo y ahora está más cerca que nunca de tener lo que quiere. Pero hay que darse prisa y llegar a Valleperdido para avisar a la familia de todo esto.
Carlitos hecho polvo se va a su habitación, convencido de que si ellos no quieren ayudarle será él quién lo haga, así que volverá al bar. Está harto de ser el niño pequeño al que nadie le cuenta qué pasa, de ser el último en la familia. Pero no hay tiempo para pararse a discutir y cuando parece que Lucas tiene convencido a Carlitos de que lo mejor es huir, aparece Michelle en la puerta. Michelle lanza sus abejas para dejar fuera de juego a Lucas y llevarse a Lucía y a Carlitos. Lucas cierra puertas e intenta proteger a los niños, pero demasiado tarde. Michelle ha entrado en casa, todo está perdido, parece que Madre gana en todos los campos de juego. La familia está más en peligro que nunca. ¿Conseguirá Lucas derrotar a Michelle y proteger a los niños?
